jueves, 8 de julio de 2010

Hay futuro

A veces me pongo a pensar en mi futuro, en el de mi novia, en que queremos para el día de mañana, a que aspiramos. Decimos una familia, una casa y sobre todo un país mejor, un mundo mejor. El tema, y para nada sencillo, es ¿como?. ¿Cómo logramos eso en una Nación en la que priman los intereses personales por encima de los de un pueblo? Cómo lograr cambiar el rumbo si los que nos gobiernan piensan en su bolsillo y en perpetuarse en el poder para tener, justamente, más y más poder? Y no me digan que con el voto y eligiendo mejor podemos tener un destino más promisorio porque a la hora de enfrentar la mesa adonde se encuentran las boletas con cada candidato están siempre los mismos. O hay algún candidato que puede hacer las cosas bien pero uno sabe que no lo van a dejar gobernar, que le van a poner millones de palos en la rueda y probablemente terminemos peor que como comenzamos. Un ejemplo (más allá de valoraciones personales y afiliaciones políticas) es la Unión Cívica Radical. Dejando de lado cuestiones más profundas no los han dejado gobernar en ningún pasaje de la historia. Pero bueno el tema y la cuestión sigue siendo la misma: Cómo mejoramos? Cómo cambiamos un destino que parece inexorable? Días pasados alguien me dijo, con motivo de las elecciones del año que viene, es lo mismo gane quien gane total siempre se estuvo igual, a veces mejor, a veces peor pero nunca se estuvo terriblemente bien. Esto me lo dijo un laburante, una persona que debe estar en su trabajo 12 hs. para poder mantener a su familia compuesta por el, su mujer y su hija, que no se da grandes lujos y que asi y todo le alcanza con lo justo para vivir. Y ahí está una de las cuesitones fundamentales para mi, nos hemos acostumbrado, nos hemos vuelto conformistas, hemos llegado al punto en el que esperamos el aumento que sabemos que se va a dar en el año y con eso estamos. Nos quejamos obviamente, rezongamos porque las cosas aumentan y no alcanza, porque decimos que se roban todo, que no puede ser, las señoras llaman a la radio para quejarse como si los periodistas pudieran hacer algo en contra de la inflación. Cierto es que no todos están así pero la gran mayoría, pensamos que nuestra obligación como ciudadanos culmina con poner la boleta en la urna y chau, que trabajen ellos. Y nos quejamos cuando nos enteramos que diputados y senadores no sesionan, que los concejales se presentaron a deliberar por 45 minutos en una semana pero no pasa de ahí, no pasa de la queja y encima en lugares erróneos, como medios de comunicación, como bares cuando tomamos un café, como asados entre amigos. Gritamos, peleamos (cosa que está bien) pero nos quedamos con eso en vez de ir al concejo, en vez de ir a la casa de los que gobiernan, en vez de ir al congreso a pedir explicaciones, a pedir que se pongan a trabajar, que no se opongan por oponer, que presenten proyectos que beneficien a la gente y no sus intereses (que por lo gral. van en otra dirección que los de la gente).
Hay mucho por cambiar, hay mucho por hacer, hay un futuro enorme en un país sin límites y con recursos. Y para comenzar de una vez por todas tenemos que darnos cuenta que el combustible para lograrlo está en nuestras manos, que las herramientas las tenemos al alcance y sabemos como usarlas. Abrazo!