jueves, 29 de julio de 2010

Volver a vivir

Una vez más me acosté. Todo iba bien hasta que apoyé la cabeza en la almohada. Ahí empezó un bombardeo de pensamientos que llegaban a mi mente en medio del silencio y la oscuridad de mi habitación. Al lado mío no hay nadie a quien mirar, nadie con quien poder detener el aluvión que invade mi cerebro de cosas lindas pero sobre todo cosas que dan miedo y llenan de dudas. Traté de serenarme para poder combatirlas, para poder pensar individualmente cada una hasta que el sueño se apodere de mi. Y empecé...
Me llené de miedo al pensar en no despertar al día siguiente. Y si no despierto? Será mejor la muerte que la vida? Desde que nacemos que empezamos a morir, pensé. Porque vivir? Cual es el sentido de vivir? El conformismo o la superación permanente? Yo había logrado el tener un trabajo muy bueno, una casa propia, un auto. Por qué querer más? Y si dejo lo material de lado, una familia me faltaba. Pero encontrar una persona hoy en día es difícil y más que trate de entender y de convivir con un ser tan complicado como yo. Aguantaría yo el revolotear de los chicos? O me rendiría ante sus sonrisas? Estaba dispuesto a alterar mi rutina y mi tranquilidad? Quizás sea demasiado frío, quizás no hay otra persona en el mundo esperando que nos encontremos. Pero también he llegado a un punto en mi vida en el que la soledad empieza sentirse, empieza a calar hondo en mi piel y se hace una compañía molesta.
Un pensamiento me lleva a otro, es como una cadena que no termina nunca. O soy yo que me hago mucho problema o en realidad tengo muchos problemas. Por qué me cuesta tanto disfrutar de la vida? Por qué no puedo? O será que la disfruto a mi manera? Cuantas preguntas!!! Legaré a responderlas o no hay respuestas posibles quizás. Y así se me fue el tiempo y desperté con el sol en mi cara, medio aturdido. Y como un flash me di cuenta que no empezamos a morir desde que nacemos, sino que depende de cada uno cuando empezar a morir. Y creo que empecé a morir desde el momento en que dejé de disfrutar de mi vida. No se porque ni como pasó pero a partir de ahora dejaré de cuestionar y pensar tanto para sentir más. Decidí cambiar. Decidí volver a vivir...

8 comentarios:

  1. Una cosa que da lugar a otra....
    Morir para vivir.


    Saludos..

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  2. el hombre es el único que ser que sabe que se va a morir. El hombre vive con y para la muerte. hay que encontrar el sentido a la vida porque uno esta para vivir no para morir. si bien no es el tema de la postmodernidad está presente por el pesimismo, vivimos provocando generando muerte porque cuantas veces escuchamos te corto el rostro? o cuantas frases más de ese contexto?

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  3. personalmente no me gusta tomarme la muerte como algo tremendo, sino como algo natural e inevitable, esas personas que viven con un miedo permanente me parecen raras, a veces el miedo no les deja vivir y disfrutar, es mas, muchas veces aunque suene loco es lindo vivir al limite, depsues de todo de algo hay que morirse jaja, un saludo matias, es un lujo leerte

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  4. Buena decisión Matías!, silenciar la mente cada cierto rato permite ver y sentir todo con más claridad. No me parece malo interrogarse sobre la existencia; desde que la humanidad se gestó se realiza este ejercicio y dicho ejercicio ha sido la base de la cultura y el pensamiento creativo y crítico, sin embargo también es necesario canalizar los pensamientos y expandir la conciencia hacia otros ámbitos nuestros que también nos permiten conocer y conocernos... para mi vida y muerte son un todo lleno de sentido.
    Un beso!

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  5. La muerte es indudable. La igualdad está en el universo. Por lo tanto, no vale la pena pensar en el final porque ya lo conocemos, no el cómo, sí el qué. Viva señor!!
    Abrazo.

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  6. Estimado, le dejo un relato de Roberto Arlt que refleja fielmente, y con mejores palabras, mis pensamientos. (es algo extenso pero es interesante)

    Saludos.

    (le dejo el link porque Blogger no permite poner tantas letras en 1 comentario)

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  7. No me digas que vos tambien andas con "Sindrome de vida real"

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  8. Usté parece yo.
    Dos por tres tengo esos pensamientos. No es algo de lo que me enorgullezca; más bien creo que son pensamientos facilistas para no enfrentar la vida.
    Al final, no me queda más remedio...
    Y a veces la encuentro bella.

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